Los hoplitas espartanos fueron el ejército más temido de su tiempo y en las Termópilas grabaron con su sangre, y sobre todo con la de sus enemigos persas, la leyenda de su ferocidad. Tiempo después, las falanges de Alejandro Magno aterrorizaron y conquistaron medio mundo para su caudillo durante la odisea militar más espectacular de la historia. Por último, las legiones romanas construyeron a base de disciplina, eficacia y valentía el imperio de los césares. Estas tropas de la antigüedad forjaron su leyenda gracias a su armamento.
Los hoplitas espartanos fueron el ejército más temido de su tiempo y en las Termópilas grabaron con su sangre, y sobre todo con la de sus enemigos persas, la leyenda de su ferocidad. Tiempo después, las falanges de Alejandro Magno aterrorizaron y conquistaron medio mundo para su caudillo durante la odisea militar más espectacular de la historia. Por último, las legiones romanas construyeron a base de disciplina, eficacia y valentía el imperio de los césares.
Estas tropas de la antigüedad forjaron su leyenda gracias a su armamento. Los hoplitas de las poleis griegas, como Atenas o Tebas, combatieron con sus particulares escudos y lanzas, que convirtieron a sus tropas en las más afamadas del mundo. Por su parte, los macedónicos revolucionaron el panorama militar con la introducción de la lanza más larga de la historia, la sarissa, para que sus falanges se adueñaran de medio mundo. Finalmente, el pilum y el gladius, la combinación ofensiva de los legionarios romanos, impusieron su mortal eficacia sobre los anteriores, pero también sobre las hordas galas y germanas o los mercenarios cartagineses.
Los textos de Fernando Quesada y las ilustraciones de Carlos Fernández nos devuelven a la acción guerrera de aquellos tiempos remotos. Amenas descripciones de escudos, espadas, cascos o lanzas utilizados por estos ejércitos se entrecruzan con visiones espectaculares de las acciones principales en las que fueron empleados, como las batallas de las Termópilas, del Gránico o de Zama.