Hoy en día, en que tan de moda está hablar de “recuperar la Memoria histórica”, son muchos los que se llenan la boca a la hora de hablar de un supuesto pistolerismo falangista en los años 30 amparándose en la manipulada, malentendida y socorrida frase de José Antonio de la “dialéctica de los puños y las pistolas”.
Hoy en día, en que tan de moda está hablar de “recuperar la Memoria histórica”, son muchos los que se llenan la boca a la hora de hablar de un supuesto pistolerismo falangista en los años 30 amparándose en la manipulada, malentendida y socorrida frase de José Antonio de la “dialéctica de los puños y las pistolas”. Para el actual sistema, especialmente para sus medios de Comunicación (más bien de “manipulación de masas”), la Falange era y es un grupo de asesinos sedientos de sangre…
Sin embargo, son muy distintas la realidad y la Historia. Y la realidad es que la Segunda República española fue un auténtico atropello antidemocrático y persecutorio hacia quienes no estaban ideológicamente situados a la izquierda. Hoy, casi ochenta años después, con todas las sucias falsedades que se han vertido de por medio, contaremos la verdad: la verdad sin caer en exageraciones ni complejos; la trágica y grandiosa verdad de unos hombres ejemplares, de una centuria de “luceros” que, como Ruiz de la Hermosa, entregaron su joven vida por esa esperanzadora Revolución que habla de Patria, Pan y Justicia y que España aún tiene pendiente.