Si en Bailén los franceses sufrieron su primera derrota en España, en San Marcial les fue inflingida la última.
Si en Bailén los franceses sufrieron su primera derrota en España, en San Marcial les fue inflingida la última. La primera de ellas la consiguió el ejército español por sí mismo, y en la segunda, aunque encuadradas en las fuerzas aliadas al mando de Wellington, las unidades hispanas llevaron el peso de la batalla, hasta el punto que el propio comandante en jefe les atribuyó todo el mérito de la victoria