Desde mucho antes del comienzo de la II Guerra Mundial el gobierno de Adolf Hitler había puesto en marcha una campaña para adaptar la estética de las fuerzas armadas alemanas al ideario nacionalsocialista. Ello incluyó la modernización de la uniformidad, la adición de la heráldica nazi a las banderas, distintivos y emblemas de las diferentes armas y unidades, e incluso la modificación de las condecoraciones de mayor tradición en la historia militar germana, introduciéndose nuevos premios y distinciones que vinieron a engalanar los flamantes uniformes de una Wehrmacht que se había reconstruido a marchas forzadas.
Desde mucho antes del comienzo de la II Guerra Mundial el gobierno de Adolf Hitler había puesto en marcha una campaña para adaptar la estética de las fuerzas armadas alemanas al ideario nacionalsocialista. Ello incluyó la modernización de la uniformidad, la adición de la heráldica nazi a las banderas, distintivos y emblemas de las diferentes armas y unidades, e incluso la modificación de las condecoraciones de mayor tradición en la historia militar germana, introduciéndose nuevos premios y distinciones que vinieron a engalanar los flamantes uniformes de una Wehrmacht que se había reconstruido a marchas forzadas.
Con la llegada de la contienda de 1939 y su posterior prolongación durante casi seis años, el número de medallas, órdenes y distintivos se disparó, creándose un rico y complejo catálogo de premios que en su día sirvieron para dar motivación a las tropas y que hoy son el objetivo preciado de coleccionistas e inversores de todo el mundo.
En esta segunda parte se analizan las condecoraciones del Ejército de Tierra (Heer), Aviación (Lufwaffe), Marina de guerra (Kriegsmarine) y las diferentes condecoraciones otorgadas a extranjeros que combatieron junto a Alemania en la Segunda Guerra Mundial.