La Marina Imperial japonesa no estuvo sola durante el enfrentamiento naval que mantuvo con Estados Unidos y el imperio británico durante la Guerra del Pacífico. Desde el principio, los japoneses contaron con la ayuda de numerosas flotillas, tanto de la Kriegsmarine como de la Regia Marina, que Alemania e Italia enviaron al Lejano Oriente.
La Marina Imperial japonesa no estuvo sola durante el enfrentamiento naval que mantuvo con Estados Unidos y el imperio británico durante la Guerra del Pacífico. Desde el principio, los japoneses contaron con la ayuda de numerosas flotillas, tanto de la Kriegsmarine como de la Regia Marina, que Alemania e Italia enviaron al Lejano Oriente.
El III Reich ya estaba presente en los océanos Pacífico e Índico desde mucho antes del ataque a Pearl Harbor. Sabiendo las ventajas estratégicas de estos mares; desde 1939 los barcos corsarios surcaron dichas latitudes, protagonizando cacerías en las costas de Nueva Zelanda, Nauru o las islas Seychelles y librando combates como el del Kormoran frente a Australia.
Al estallar la Guerra del Pacífico, la Kriegsmarine envió varias decenas de submarinos agrupados en el «Grupo Monzón», que cooperando con los sumergibles nipones, causaron estragos en el tráfico mercante.
Tampoco los italianos faltarían a la cita, y junto a los germanos combatirían hasta la capitulación del imperio japonés.